El recientemente asumido ministro de Agroindustria de la Nación, Miguel Etchevehere, debutó en el cargo al atender su primer reclamo sectorial. Según pudo saber ámbito.com, el expresidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA) escuchó acaloradas quejas de un grupo de empresarios avícolas, que denuncian crisis en el sector.
Los productores mantuvieron la segunda reunión del año con altos funcionarios. Además de Etchvehere, se contó con la presencia en un amplio despacho de la Casa Rosada de sus colegas de Producción, Francisco Cabrera, y de Trabajo, Jorge Triaca.
Los empresarios reprocharon al Gobierno un virtual estado de "abandono", con fábricas a la deriva como Cresta Roja, serias dificultades en reimpulsar los negocios y una actividad en crisis.
En la Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia) recordaron que el 2016 lo trabajaron a pérdida. "Fue un año muy malo con todas las letras. El avícola es un sector que está perdiendo entre un 12% y 15% en el costo de la materia prima por debajo de la línea de flotación, ya que los costos de producción aumentaron un 82% por la quita de retenciones al maíz, la baja en el caso de la soja, un incremento en el costo laboral del 50% producto de la paritaria y aumentos en los costos de la energía y del combustible, sumado a la inflación", dijo en su momento el titular de Capia, Javier Prida.
El análisis de la actual problemática rondó en la necesidad de generar incentivos para abrir nuevos mercados, el exceso de stock en el mercado interno, la abrupta caída en los niveles de producción, la falta de competitividad debido a la apertura indiscriminada de importaciones y los conflictos gremiales, provocados por las obligadas cesantías en las plantas de incubación, procesamiento y elaboración. Para dar una solución a este último motivo fue convocado Triaca.
El ejemplo de la fallida recuperación de Cresta Roja es un ejemplo de lo que se vive en el sector. La exempresa de los hermanos Rasic hoy está en manos de consorcio tripartito que no logra hacer equilibrio en las cuentas. Según denuncian sus trabajadores, los desmanejos financieros arrastran a miles de familias a la ruina y crean preocupación por el futuro incierto de la avícola.
En 2015 Cresta Roja tenía 3.500 empleados directos, 1.500 indirectos y faenaba 400.000 pollos diarios. Pero desde que los nuevos dueños agrupados en Proteinsa S.A. se hicieron cargo de las operaciones la firma no despega.
Proteinsa es un grupo compuesto por las empresas Ovoprot Internacional S.A., Tanacorsa S.A. y La Suerte Agro S.A. (Grupo Lacau), quienes ya habían intentado salvarla cuando la Justicia decretó la quiebra de Rasic Hnos. Para convencer a la jueza, el holding ostentó un misterioso respaldo financiero del banco brasileño BTG Pactua. En los últimos trascendió que Lacau tuvo vínculos comerciales con un alto funcionario del Gobierno de Mauricio Macri, lo que empeoró la situación que se vive en Cresta Roja.
Como si fuera poco, Corea del Sur confirmó que se ha detectado una cepa altamente patógena de gripe aviar en excrementos de aves salvajes en el sur del país y se encendieron las alertas mundiales. Oficialmente, tras la pandemia internacional de 2009 y 2010 se contabilizan 140 millones de aves sacrificadas y 18.337 muertos en todo el mundo.
