El acto comienza con el huevo girando sobre la enorme plancha. Con un veloz movimiento, el chef toma una espátula y lo levanta en el aire.
Luego, como si el huevo fuera una pelota de ping pong, y la espátula una paleta, lo hace rebotar una y otra vez. Hasta que, con el filo de su herramienta, lo golpea con la fuerza suficiente como para agrietar la cáscara, pero sin romperla del todo.
Con la clara que empieza a caer por el agujero, que se cocina al instante en que toca la plancha, el cocinero va dibujando. El resultado: un corazón atravesado por una flecha, realizado con una precisión que asombra. Para culminar, deja la yema en el centro.
El video fue registrado por un cliente en un restaurante japonés en Rusia. En pocas horas, fue compartido tantas veces que se volvió un suceso viral.