En el primer semestre de 2017, la Cámara de Productores Avícolas de Argentina (CAPIA) comunicó que el consumo de huevo fue de 12.900 millones de unidades, significando un crecimiento de 2% en relación al mismo período del año anterior.
El presidente de CAPIA, Javier Prida, subrayó que “a partir de este crecimiento en el consumo se pasó de 274 a 284 huevos per cápita al año”, y puntualizó también que “cayó el precio de la docena en granja de $15 (US$4,59) a $14 (US$4,28)”.
Con respecto, el parque productivo del sector pasó de 43,1 a 43,4 millones de aves en producción, y por ende aumento la cantidad de huevos que se logran por área alojada. Por lo tanto, la productividad tuvo un incrementó de 1,3% en el primer semestre de 2017 – Los Andes.
El líder de CAPIA señaló que “El huevo es proteína, es la mejor proteína animal después de la leche, dicho por la Organización de la Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), y la Organización Mundial de la Salud (OMS)”. Además, explicó que “la mayoría de los estudios nutricionales neurológicos desaconsejan el consumo de hidratos de carbono, particularmente de harina, y aconsejan el consumo de proteínas”.
Por otra parte, el representante de la Cámara de Productores Avícolas de Argentina especificó que los productores esperan “correcciones para el año que viene”. Debido a que reparó en que el sector está “dejando de ser competitivo por cuestiones tributarias, de tipo de cambio y de costo de mano de obra”.
Además, realizó una comparación que “en Estados Unidos un empleado del sector cuesta entre US$1.100 y US$1.200, y en Argentina supera los US$ 1.500”. Aunado a que “el IVA a los productores en EE.UU. es de 7,5% y en Argentina es de 21% a lo cual se deben sumar los Ingresos Brutos, lo que hay que pagar de Bromatología y SENASA”.
Para finalizar, el presidente de CAPIA, Javier Prida, señaló que “los impuestos y la mano de obra representan 45% del costo de la producción de huevo”. Es más, aseveró que disminuyendo el IVA, el Estado va a recaudar más por los altos niveles de informalidad, que actualmente alcanzan a un tercio del sector. Por lo que, al bajar el IVA, con este estímulo fiscal desaparecería la informalidad, aumentando las arcas estatales.